La usabilidad determina la manera como el usuario vive la experiencia de contacto con el software, además de su funcionabilidad el software debe proporcionar al cliente un ambiente agradable que facilite su uso o maximice su eficiencia dependiendo del tipo de software que cobija.
La usabilidad basa su medición en la forma que atributos como Facilidad de Aprendizaje, Eficiencia, Recuerdo en el Tiempo, Tasa de Errores, Satisfacción, cumplen con un fin específico. De esta manera se evidencia que al contrario de lo cotidiano en que se podría convertir el termino, la usabilidad no solo implica la manera de uso sino que va más allá hasta determinar la manera como el software y la construcción algorítmica del mismo facilita la interpretación y evita la complicación del resultado esperado.
La usabilidad implica pensar en su implementación desde el mismo momento en que se concibe la construcción del software, permitiendo alcanzar altos estándares de desarrollo que tengan en cuenta los objetivos buscados y las expectativas ofertadas por otros fabricantes, el uso de las buenas prácticas.
A la hora de pasar de la idea a la construcción, es necesario elaborar con detenimiento un estudio de usabilidad que abarque de manera global pero concreta los aspectos fundamentales de implementación y efectividad que el usuario espera. Para esto se definen tres técnicas que adecuadamente implementadas permiten la identificación de estas necesidades, ellas son Las Especificaciones, El Diseño y La Evaluación.
Las Especificaciones relacionan todas las características que tanto el usuario final como el desarrollador desean que tenga el software, el nivel de especificaciones conllevan a una caracterización de requisitos previos que parten de la identificación de usuarios y tareas a realizar.
El segundo paso es el diseño, que pretende dar un acercamiento a la manera como el usuario va a interactuar con el software y las tareas que va a realizar, este puede ser centrado en el usuario cuando es él quien interviene en el diseño y propone mejoras al mismo ó el diseño participativo que deja todas las decisiones en el usuario con la asesoría de técnicos expertos que participan en las mejoras pero en las decisiones.
Un ejemplo de diseño centrado en el usuario se presenta en el desarrollo web, donde todo el proceso es pensado en la manera como el usuario va a interactuar con el portal web, las necesidades, objetivos que buscan, para que de esta manera se origine desde su concepción un diseño real y cercano al 100% de los planteamientos deseados y no se tenga que recurrir al rediseño que, para los que sabemos de eso, es el peor desgaste en el desarrollo del proyecto web. Además de lo anterior un sitio web re diseñado deja la percepción de desorganización y falta de interés tanto para diseñadores como para inversionistas.
Por último la evaluación brinda información en cuanto a la usabilidad del software propuesto, se realiza a través de una evaluación de usabilidad que mide el comportamiento del usuario con el software en un ambiente o contexto controlado, esto por conocimiento, arroja resultados medibles que mejoran la confiabilidad de la evaluación y ésta se acompaña de la evaluación heurística o de experto, que brinda otro tipo de información que enriquecerá la evaluación estimada.
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